Adopción de Romano

A Romano lo recogieron en una calle céntrica de Ibi. Se notaba que había sido casero porque dejó que lo cogieran en brazos hasta que llegó la protectora a por él.

Tenía un ojo bastante mal, con una úlcera, que tuvimos que tratar hasta que curó por completo. Se le quedó como secuela, un lagrimeo contante y un cambio de color en el iris pero no le afecta para nada.

Romano es un poco tímido y cauteloso al principio, pero luego se deja llevar y es un amorcito de gato.

Tiene ese aspecto regordete y mullido que hace que te enamores de él nada más verlo.

Le gusta estar en el regazo recibiendo mimos. Se lleva bien con sus compañeros gatunos y es muy tranquilo.