Adopción de Peter

Peter fue rescatado de la casa de los horrores. Gracias a las denuncias de los vecinos, se pudo incautar con orden judicial, a los animales que allí malvivían.

Peter vivía encerrado en la cocina. Cuando lo cogieron, estaba cubierto de grasa, en unas condiciones deplorables, desnutrido y triste (ver fotos). Ha tardado varios meses en coger el peso que le corresponde y presentar un aspecto saludable. Debido al trauma sufrido, Peter no es un gato muy sociable. No estamos hablando de un gato salvaje pero sí de un gato tímido al extremo. No se acerca a nadie en busca de mimos. Él prefiere vivir a su aire sin que nadie le moleste. Le gusta mirar desde la distancia. Lo bueno que tiene es que es un campeón y se ha adaptado a los cambios mejor que ninguno.

Se lleva muy muy bien con todos sus compañeros de recinto. Come como una lima y está estupendo de todo. No queremos cerrarle las puertas a una adopción puesto que ya lleva demasiado a sus espaldas. Una jubilación digna, en un sofá calentito, sin tener que pasar las penurias de un albergue, sería bien merecido. Alguien con experiencia en gatos que sepa darle su espacio y su tiempo de adaptación. Alguien que no tenga prisa con él. Sabemos que todo llega... y con Peter, llegará!