Adopción de Heidi

Recibimos un aviso de la policía local en el que nos comunicaban que unos excursionistas habían encontrado una perrita abandonada en una zona montañosa, cerca de un pantano.

Muy preocupados por la seguridad del animal, acudimos enseguida al lugar que nos indicaron los excursionistas para encontrarnos con ellos. Después, el camino debía hacerse a pie porque una cadena impedía el paso del coche.

Tras mucho caminar y, cuando ya pensábamos que no íbamos a encontrarla, la vimos: era una podenca pequeña marrón y blanca de pelo duro. Al acercarnos, vimos que se había hecho una cama con matojos y hierbas y allí se había quedado. Nos miró con los ojos muy abiertos y la bautizamos con el nombre de "Heidi" por haber sido encontrada en el monte.

Heidi era una perra muy dulce y dócil: se dejó poner el collar sin ningún problema, pero se negaba a andar. Entonces miramos sus pezuñas y vimos que tenía las almohadillas en carne viva, debido seguramente, a los días que llevaba corriendo por la montaña en busca de su dueño y en busca de comida.

Así que Raquel (la encargada de la Protectora) sin pensarlo, se la cargó en los hombros, y anduvo los 3 km de vuelta, campo a través y cuesta arriba, hasta donde habíamos dejado el vehículo.

¡Por fin Heidi estaba a salvo!

Heidi es un podenco más de los muchos que los cazadores abandonan cuando ya no les sirven para cazar. Ahora está en nuestra Protectora y necesitamos para ella un hogar con personas de buen corazón, que no la abandonen nunca más.