Adopción de Paula

Paula llegó aquí con dos años de edad. Había dado a luz a seis preciosos cachorritos, sola y desamparada, en la caseta de un perro, que no era la suya, en el campo.

Como su alimentación debió de ser escasa, la pobre Paula ha tenido que ver cómo tres de sus cachorritos, los más débiles, morían. Vivieron otros tres, que ya han sido adoptados en Alemania. Y sólo ella ha quedado en el albergue, esperando…

Paula es una auténtica belleza de cuerpo ágil y esbelto y de piel suave blanca y con manchas de color miel.

Como casi todos los podencos, es miedosa. Paula se muestra reservada cuando la sacamos a pasear porque no sabe qué vamos a hacerle y prefiere volver a la protectora porque es lo único que conoce, el único sitio en el que le han dado cobijo, comida y caricias. Toda ella es ojos, asombro, expectación y delicadeza.

Podría, seguramente, convivir con gatos porque no muestra ningún interés en ellos.
Paula ha vivido unos días en una casa con una chica estupenda y sus dos perritos y nos dicen que era muy buena. Aprendió a acudir a la llamada, salía a la puerta a recibirla, esperaba a salir para hacer sus necesidades fuera de casa y se llevaba muy bien con los perros y con las personas.

Paula necesita a alguien tranquilo, que sepa apreciarla, que le dé seguridad y cariño, que la lleve a hacer ejercicio y que tenga paciencia con ella porque, como todos los podencos, necesita expansión y libertad.

Ven a conocerla. Es muy bonita u dulce y te gustará.